Depredadores de las ballenas

Las ballenas no tienen depredadores naturales en el agua, por lo que pueden vivir durante muchos años con las condiciones adecuadas, sin embargo, existen varios peligros para las ballenas para tener en cuenta. Algunos de estos peligros son tan importantes que han llevado a algunas especies cerca de la extinción, sin duda una información para prestarle atención a si no los quiere ver extinguirse.

Los seres humanos somos un enorme depredador para las ballenas, y esto sigue siendo una preocupación en la actualidad. Es ilegal cazar ballenas en algunas zonas del mundo, pero la caza sigue de todos modos. Las partes de las ballenas se pueden utilizar para hacer aceite, armas y herramientas. La grasa de las ballenas, es el ingrediente principal para muchos productos, otros cazan ballenas por su carne, y otros por deporte.

Con el aumento en el número de barcos en las aguas, las ballenas están en peligro de ser golpeadas y a veces muertas por colisionar con estas grandes embarcaciones. Esto se agudiza durante los patrones de migración, cuando las ballenas se mueven a velocidades muy rápidas. Las ballenas siguen el mismo patrón año tras año, y el número de barcos en estas áreas aumenta vertiginosamente, y con ello el riesgo de que estos animales salgan dañados.

La tecnología les permite a los grandes buques capturar grandes grupos de peces en los océanos, sin embargo, también existe un incremento en las ballenas que se enredan en estos instrumentos de pesca. Incluso si no mueren, las ballenas pueden resultar gravemente heridas debido a estos dispositivos.

Las ballenas sólo pueden vivir en el agua. Los derrames de petróleo y productos químicos en las aguas les puede provocar la muerte. El hecho de que otra vida acuática también muera puede afectarles sus fuentes de alimentación e indirectamente a ellas. Las ballenas deben comer grandes cantidades de alimentos cada día para mantener sus capas de grasa, la forma en que se mantienen calientes. Si no reciben suficiente comida, las capas de grasa disminuyen y como resultado, las ballenas tienen  dificultades para regular su temperatura corporal.

Se cree que el sonar de los militares en el agua también puede causar daño a las ballenas, y existe mucha controversia sobre este tema, el objetivo es conseguir leyes más estrictas para evitar que esto suceda. Por ahora el gobierno de los EEUU tiene limitado los lugares donde puede utilizar el sonar, en un esfuerzo para salvar a las ballenas de problemas adicionales. Al identificar las rutas migratorias de las ballenas, así como su hábitat natural, se espera que estos problemas de sonar queden resueltos.

Muchas personas hoy en día abogan por las ballenas, sus objetivos son educar a la gente sobre las ballenas y las acciones que pueden tomar para protegerlos. También luchan por conseguir leyes para regular la caza de ballenas. Esperemos que estos esfuerzos ayuden a evitar la extinción de las ballenas y que no queden solo como parte de la historia. Dado que puede tardar de 7 a 14 años para que una ballena madure, no se reproducen con rapidez, por lo tanto, si los números demasiado bajos podrían pasar décadas para que empiecen a aumentar de nuevo. En la actualidad existen 7 de las 13 especies de grandes ballenas en peligro de extinción.

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